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Novelas de Voltaire — Tomo Primero

Voltaire

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Novelas de Voltaire — Tomo Primero

COMO ANDA EL MUNDO, VISION DE BABUCO,

ESCRITA POR Г‰L PROPIO

Entre los genios que ГЎ los imperios del mundo presiden, ocupa Ituriel uno de los primeros puestos, y tiene ГЎ su cargo el departamento de la alta Asia. BaxГі una maГ±ana ГЎ la mansion del Escita Babuco, ГЎ orillas del OxГґ, y le dixo asГ­: Babuco, los Persas han incurrido en nuestro enojo por sus excesos y sus desvarГ­os, y ayer se celebrГі una junta de genios de la alta Asia para decidir si habian de castigar Гі destruir ГЎ Persepolis. Vete ГЎ este pueblo, examГ­nalo todo; me darГЎs cuenta, y por tu informe determinarГ© si he de castigar Гі exterminar la ciudad. Yo, seГ±or, respondiГі humildemente Babuco, ni he estado nunca en Persia, ni conozco en todo aquel imperio ГЎ ninguno. Mas vale asГ­, dixo el ГЎngel, que no serГЎs parcial. Del cielo recibiste sagacidad, y yo aГ±ado el don de inspirar confianza: ve, mira, escucha, observa, y nada temas, que en todas partes serГЎs bien visto.

MontГі pues Babuco en su camello, y se marchГі con sus sirvientes. Al cabo de algunas jornadas, encontrГі en los valles de Senaar el exГ©rcito persa que iba ГЎ pelear con el exГ©rcito indio; y dirigiГ©ndose ГЎ un soldado que hallГі en un parage remoto, le preguntГі qual era el motivo de la guerra. Por los Dioses celestiales, que no lo sГ©, dixo el soldado, ni me importa; mi oficio es matar Гі que me maten para ganar mi vida: servir aquГ­ Гі allГ­, es para mГ­ todo uno; y aun puede ser que me pase maГ±ana al campo de los Indios, que dicen que dan ГЎ los soldados cerca de media-dracma de cobre al dia mas que en este maldito servicio de Persia. Si quereis saber porque pelean, hablad con mi capitan. Babuco, despues de haber hecho un regalejo al soldado, entrГі en el campo, y habiendo hecho conocimiento con el capitan le preguntГі el motivo de la guerra. ВїCГіmo quereis que lo sepa yo? Вїy quГ© me importa, sea el que quiera? Yo resido ГЎ doscientas leguas de distancia de Persepolis; me dicen que se ha declarado la guerra, y al punto dexo mi familia, y, como es costumbre, voy ГЎ buscar fortuna Гі la muerte, porque no tengo otra cosa que hacer. ВїY vuestros camaradas, dixo Babuco, no estan tampoco mas instruidos que vos? No, dixo el oficial: solamente nuestros principales sГЎtrapas son los que ГЎ punto fixo saben porque nos degollamos.

AtГіnito Babuco se introduxo con los generales, y se insinuГі en su familiaridad. Al fin le dixo uno de ellos: La causa de la guerra que asuela veinte aГ±os ha el Asia, procede en su orГ­gen de una contienda de un eunuco de una de las mugeres del gran rey de Persia, con un oficinista del gran rey de las Indias. TratГЎbase de un derecho que producia con corta diferencia un triГ©simo de darico; y como tanto el primer ministro de Indias como el nuestio sustentГЎron con dignidad los derechos de su amo respectivo, se inflamГЎron los ГЎnimos, y saliГ©ron ГЎ campaГ±a de cada parte un millon de soldados. Cada aГ±o es necesario reclutar estos exГ©rcitos con quatrocientos mil hombres. Crecen las muertes, los incendios, las ruinas y las talas; padece el universo, y sigue la enemiga. Nuestro ministro y el de Indias protestan con mucha freqГјencia que no les mueve otra cosa que la felicidad del linage humano; y ГЎ cada protesta se destruye alguna ciudad, Гі se asuelan algunas provincias.

HabiГ©ndose al otro dia esparcido la voz de que se iba ГЎ firmar la paz, dieron el general indio y el persa ГЎ toda priesa la batalla, que fue sangrienta. ViГі Babuco todos los yerros y todas las abominaciones que se cometiГ©ron, y fuГ© testigo de las maquinaciones de los principales sГЎtrapas, que hiciГ©ron quanto estuvo en su mano para que la perdiera su general: viГі oficiales muertos por su propia tropa; viГі soldados que acababan de matar ГЎ sus moribundos camaradas, por quitarles algunos andrajos ensangrentados, rotos y cubiertos de inmundicia; entrГі en los hospitales adonde llevaban ГЎ los heridos, que perecГ­an casi todos por la inhumana negligencia de los mismos que pagaba ГЎ