Historia de la decadencia de EspaГ±a

Antonio CГЎnovas del Castillo

AntГіnio CГЎnovas del Castillo

Historia de la decadencia de EspaГ±a

Al Excmo. Г© Ilmo. SeГ±or

D. SerafГ­n EstГ©banez CalderГіn,

Caballero Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la CatГіlica, Comendador de la Real y distinguida de Carlos III, AcadГ©mico de nГєmero de la Real Academia de la Historia, condecorado con la cruz de San Fernando de primera clase y otras varias de distinciГіn, Ministro togado del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, Senador del Reino, etc

Dedicar ГЎ Ud. la primera obra de alguna importancia que lleve mi nombre es en mГ­ obligaciГіn de tal naturaleza, que, con desconocerla, darГ­a sobrada ocasiГіn ГЎ la censura de los buenos. No parece que cumpla dedicГЎndole la presente, porque es tal que mГЎs consigue con eso autorizarse que declarar mi agradecimiento. Pero todo se remediarГЎ con que usted ponga ГЎ cuenta de lo pequeГ±o de la obra lo grande de la voluntad mГ­a; de ella por encarecimiento basta decir que es tanta cuanta me cumple para que se iguale con mi obligaciГіn. DГ©bole ГЎ Ud. los principios, que serГЎ deberle los fines; dГ©bole cariГ±o de padre mГЎs bien que no de deudo; dГ©bole el tal cual acierto que haya en mi estilo, si lo hay, Гі si no harta lecciГіn y enseГ±anza para que lo hubiese, pues sГіlo ha de achacarse ГЎ mi torpeza la falta. Y singularmente he de confesar por de Ud. el amor ГЎ las cosas de EspaГ±a que en mГ­ hay, fruto de sus palabras y ejemplos, y que, despuГ©s de haber llenado mi fantasГ­a de ilusiones dulcГ­simas durante los primeros aГ±os, aguardo que me acompaГ±e y aliente por todos los de mi vida. Tales cosas no exigen menor paga que eterno agradecimiento, y bien puede servir en muestra del mГ­o el que haya aguardado para decirlo tan pГєblica ocasiГіn como esta, porque los tramposos y escatimadores de beneficios antes los reconocen en tiempo y lugar donde puedan ser lisonja que daГ±e y lastime que no donde puedan ser cimiento de irrevocables deberes. Acepte, pues, la ofrenda esta, aunque tan humilde, y apГєntela en la cuenta de la gratitud, que es cuenta que nunca se cierra en el concepto de su afectuoso sobrino

В В В В Antonio CГЎnovas del Castillo

EL PRIMER LIBRO HISTГ“RICO

I

CГЎbeme el honor, que ha de constituir lГ­nea de relieve en las obscuras efemГ©rides de mi vida, de ser el primero, que, lisonjeado por el bondadoso encargo de sus mГЎs amantes deudos, logra poner su pluma al frente del primer libro que, despuГ©s de su muerte, se reimprime de la inmensa y exquisita labor histГіrica de aquel insigne publicista, hombre de Estado y altГ­sima y universal inteligencia, que llenГі, con los frutos sazonados de Г©sta y con los actos ejecutivos de su polГ­tica y poder, mГЎs de la mitad del siglo antecedente en EspaГ±a, y que dejГі ilustrado con lauros inmortales ГЎ la admiraciГіn de la posteridad el encumbrado nombre de D. Antonio CГЎnovas del Castillo.

Reconozco la inferioridad de medios en que me hallo, para acometer una empresa como esta, y que ГЎ algunos parecerГЎ superflua, tratГЎndose del hombre insigne de que se trata. Pero aquel de sus deudos mГЎs prГіximos, que sin atreverme ГЎ apellidar el mГЎs predilecto entre los suyos y que hasta en el nombre con Г©l mГЎs se identifica, obedeciendo ГЎ altas consideraciones que el amor ГЎ su memoria le ha sugerido, y queriendo rendir este tributo de su afecto inextinguible, de su respeto reverente y de su admiraciГіn mГЎs entusiasta al que, sin dejar ГЎ los suyos mГЎs timbres nobiliarios que su apellido glorioso, despuГ©s de haber sido por tanto tiempo el restaurador del Trono y de la dinastГ­a, la columna de la Regencia en la casi orfandad de la Corona, el ГЎrbitro de los destinos de la NaciГіn, el encumbrador de tantos otros y el objeto preclaro de la admiraciГіn de todo el mundo, el Excmo. Sr. D. Antonio CГЎnovas del Castillo y Vallejo, que une ГЎ los tГ­tulos de su elevada cuna y familia, el honor de los laureles del arte, me hizo la honra de acudir ГЎ mi amistad ГЎ comunicarme sus pensamientos y ГЎ invitarme ГЎ la asociaciГіn de su obra