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La alhambra; leyendas ГЎrabes

Manuel FernГЎndez y GonzГЎlez

Manuel FernГЎndez y GonzГЎlez

La alhambra; leyendas ГЎrabes

LEYENDA I

EL REY NAZAR

I

LA COLINA ROJA

Por los tiempos en que acontecian los sucesos que vamos ГЎ referir, esto es: por los aГ±os de 1240 de la era cristiana, y 637 de la Hegira[1 - Hegira, huida, la era de los ГЎrabes: se cuenta desde el dia en que espulsado Mahoma de la Meca fuГ© ГЎ refugiarse a Medinat-Yastreb. Esta huida Гі Hegida aconteciГі el aГ±o 622 de J. C.], el monte en que se levanta la Alhambra, tenia un aspecto enteramente distinto del que hoy tiene.

No se veian las esbeltas torres orladas de puntiagudas almenas, con sus estrechas saeteras y sus bellos ajimeces calados; ni los robustos muros que enlazan estas torres; ni las cГєpulas destellando bajo los rayos del sol los cambiantes de sus tejas de colores; ni la torre de la Vela con su campana pendiente de un arco, ni el palacio del Emperador, ni el bellГ­simo Mirador de la Sultana, ni mucho menos la modesta torre de la iglesia de Santa MarГ­a: ni siguiendo la ladera del monte de la Silla del moro, el verde y florido Generalife con sus galerГ­as aГ©reas, y su altГ­simo ciprГ©s de la Sultana, ni mГЎs allГЎ, sobre el Cerro del sol, el famoso y resplandeciente palacio de los Alijares.

Nada de esto existia aun: solo se veГ­a una colina ГЎspera, pedregosa, de color rogizo, cubierta de retamas y espinos; en el estremo occidental, de esta colina se alzaba Гєnicamente una vieja torre, especie de atalaya de origen y antigГјedad dudosos; pero que conservaba algunos vestigios de haber andado en su construccion los fenicios; y en la parte media de la colina, en la direccion de Este ГЎ Sur, las ruinas de un templo romano consagrado ГЎ Diana.

Esta colina se llamaba la Colina Roja.

A escepcion de las ruinas del templo y de la atalaya, ninguna otra habitacion humana se veГ­a en ella, y en cuanto ГЎ los montes que mas adelante se llamaron la Silla del moro y el Cerro del sol, estaban completamente abandonados ГЎ los lagartos y ГЎ los grillos.

En las ruinas del templo no habitaba nadie, como no fuese momentГЎneamente algun bandido Гі cazador furtivo, ni en la atalaya vivian mas que algunos soldados moros, que desde aquella altura observaban la Vega y las fronteras, para avisar el peligro en el caso de que los cristianos fronterizos hiciesen alguna entrada.

No era, sin embargo, esta la Гєnica torre fuerte que existГ­a en Granada: en la colina que entonces se llamaba de Albunest, y hoy de los MГЎrtires, se alzaba el castillo de las Torres Bermejas, dentro de cuya jurisdiccion murada, se encerraba una pequeГ±a poblacion llamada Garnat-Al-Jaud, Гі Granada la de los judГ­os, y sobre la colina en que se estendia el Albaicin, teniendo ГЎ sus faldas el Zenet y el barrio del Hajeriz[2 - Del deleite.] se alzaban los fuertes muros y las torres chatas, cuadradas las unas, redondas las otras, de la alcaza Cadima, y mas allГЎ el antiguo palacio que antes de la construccion de la Alhambra habitaban los emires ГЎrabes, y los primeros reyezuelos moros de Granada, construido por Aben-Habuz, y llamado por Г©l mismo Casa del Gallo de viento.

Pero ГЎ pesar de la aridez y soledad de la Colina Roja, el panorama que desde ella se descubria era encantador; procuraremos describirle, si es que pueden describirse aquel cielo radiante, que parece transparentar en su lГ­mpido azul la luz de los ojos de Dios: el verdor inmarchito de aquella tierra de bendicion: la nГ­tida blancura del manto de nieve de las montaГ±as y su puro matiz de cobalto, procuraremos hacer sentir ГЎ nuestros lectores la belleza sin igual de aquel jardin de delicias, que sirve de alfombra mГЎgica al trono de la hermosa ciudad ГЎ quien llamaban los moros, la cГЎndida y la clara.

LevГЎntase al Oriente una montaГ±a altГ­sima, siempre cubierta de nieve, ГЎ la que sirven de base, grupos de montaГ±as azules, escalones maravillosos de aquella maravillosa pirГЎmide construida por la palabra de Dios: esta montaГ±a es Sierra Nevada: nace en ella el Genil, que torciГ©ndose entre valles odorГ­feros, bajo la somb